Los amantes del fútbol español y los que no lo son, se mordian hasta las uñas. Faltaban sólo minutos. Todo parecia que la loteria de los penales iba a decidir. Pero no. El gol llegó a los 116 minutos. Y todos se abrazaron, lloraron de emoción, se repintaron los rostros, empuñaron las banderas al cielo y los papeles picados bailaron de júvilo. Es que hoy más nunca, el fútbol cohesiona a todos los