La Paz, 4 mar.- Lo rural y lo urbano se mezclaron ayer en la danza durante la celebración del tradicional Jisk’a Anata paceño. Un total de 47 conjuntos folklóricos participaron en esta edición de la festividad, la que empezó alrededor del mediodía en inmediaciones de la avenida Montes.

A lo largo de toda la tarde y el comienzo de la noche, las agrupaciones recorrieron desde esta avenida, la Mariscal Santa Cruz, Camacho hasta la Simón Bolívar, donde era la desconcentración.

Jisk’a Anata 2014A diferencia de otras entradas folklóricas, esta manifestación cuenta con la participación de conjuntos provenientes de diversas regiones del departamento paceño, convirtiéndose en un escenario que muestra a la población de la sede de gobierno las diversas danzas que se practican habitualmente en otras provincias y zonas rurales del departamento.

Representaciones de Italaque, Charazani, Puerto Acosta, Copacabana, Curaguara de Carangas, Santiago de Collana y Yungas recorrieron las vías habilitadas para tal efecto, haciendo gala de vestuarios, pasos de baile y tradiciones, logrando una interacción entre la población citadina y los representantes del interior. Kullaguada, waka waka y sicuris fueron algunas de las danzas bailadas con la particularidad de tener la intervención de tan sólo algunas morenadas y caporales.

A diferencia de las farándulas celebradas en La Paz en los dos días pasados, el Jisk’a Anata presenta una revalorización de las costumbres y el juego con espuma y agua es moderado, incluso casi inexistente, permitiendo que familias íntegras y personas mayores puedan disfrutar de estas manifestaciones culturales en un ambiente de sosiego y descanso.

La entrada contó con una buena cantidad de espectadores, quienes en su mayoría se instalaron en las graderías y sillas desde la tarde. Esta edición del Jisk’a Anata fue la número 20 y contó la participación de alrededor de cuatro mil bailarines.

En su primera versión, la entrada contó con 13 conjuntos, incrementando paulatinamente su número con cada año que pasaba, así como el interés de comunidades y provincias de intervenir en este evento. Incluso algunas ediciones llegaron a tener más de 60 conjuntos inscritos.

El Jisk’a Anata es una celebración que da inicio al período de cosechas con la recogida de las papas, además de ser una forma de preservación. En el ámbito urbano se constituye como una forma de preservar las culturas y el folklore. (Cambio)