El Alto, 21 jul.- Con el césped sintético, el sueño de pegarle a la pelota de sol a sombra se hacía realidad y abría una proyección infinita para la creación de escuelas de fútbol que formaran nuevos valores.
Pelé y Maradona dormían abrazados a la pelota, según las biografías más difundidas, y seguramente habrían jugado al fútbol todo el día si el campo de juego hubiese estado disponible para prolongar su romance con la redonda.
Sin canchas para practicar, el fútbol se muere de ausencia, independientemente de las ganas que puedan tener los niños y los adolescentes de imitar las jugadas de sus ídolos.
Para tener un campo de juego disponible todo el día, lo mismo que para adaptarse al medio ambiente, hace falta el talento humano, ese que construye casas sobre pilares para evitar riadas, o escenarios techados para proteger a los protagonistas del viento, la lluvia o las tormentas de nieve.
Si una cancha de césped natural sólo puede ser utilizada durante dos horas al día, cuando no llueve, y ninguna cuando llueve, había que inventar algo para que niños y jóvenes tengan un lugar para ensayar la jugada imprevista, la que un día puede hacer felices a miles de personas.
En Europa, en la década de los 90, se reconoció el valor que tiene una superficie artificial para el juego y el aprendizaje. En Bolivia, el gobierno de Evo Morales asumió el reto de multiplicar las canchas para que niños y jóvenes desarrollen sus capacidades.
El estadio municipal Cosmos 79 fue el primer escenario deportivo en contar con una cancha de césped artificial, en 2005. Desde entonces se han sumado las canchas de Coripata, en Sud Yungas; la Bombonera de Cochabamba, Munaypata y el Colegio Militar del Ejército en La Paz, y Maracaná y otras cinco más en la urbe alteña.
Sin embargo, en El Alto el acceso a estos espacios, remozados y acondicionados gracias al programa, Bolivia Cambia-Evo Cumple, es restringido debido a los precios impuestos por juntas vecinales y ligas deportivas que se apropiaron de su administración, sin la debida fiscalización, y llegan a cobrar hasta 100 bolivianos por hora, como comprobó Cambio en la zona de Villa Dolores.
Según denunció Moisés Quispe, chofer de la línea 931 que tiene su parada en la cancha Maracaná, la liga de futbol de su sindicato prefirió ir a jugar a una cancha de tierra en otra zona, ya que el precio que cobra la Liga Central Única de Fútbol de Villa Dolores es excesivo.
“Los que administran se lo apropiaron esta cancha, no se sabe qué harán con lo que recolectan porque ni siquiera se ve mantenimiento; si para nosotros es caro, imagínese para los jóvenes y los niños de la zona y de otras de El Alto, los únicos beneficiados son unos cuantos, debería ser más económico o gratis”, afirmó el entrevistado.
Brayan Coaquira, Sergio Ferreño y Dámaris Mayta, estudiantes de la Unidad Educativa Tarapacá, señalaron que nunca llegaron a pisar el gramado de esta cancha, pese a que viven en la zona. “Hay que mandar cartas, incluso hay que pagar, es muy complicado, por eso en la canchita del colegio nomás jugamos”, señaló uno de ellos, y ratificaron los otros.
Al respecto, la presidenta de la Junta de Vecinos de Villa Dolores, Fátima Machaca, informó que desde hace cuatro meses recibe informes de rendición de cuentas por parte de la liga, los cuales señalan que los ingresos por alquiler de la cancha llegan a 9.000 bolivianos.
Machaca señaló que, según el informe de la agrupación deportiva, este monto se va enteramente en el pago de los servicios de agua, luz, pago a profesores de la Escuela de Fútbol y otros gastos.
“Ellos se adjudicaron el manejo, recién les exigimos que rindan cuentas. Es cierto que hace falta una fiscalización, y como Junta de Vecinos vamos a trabajar en ello”, señaló.
Al respecto, el presidente de dicha liga, Wálter Gutiérrez, afirmó que el espacio deportivo sólo se alquila de lunes a viernes en el horario de 12 a 6 de la tarde, y que después está abierto de forma gratuita.
“Lo que cobramos nos sirve para solventar gastos de mantenimiento y para los gastos que implica ir a jugar a otras zonas. Pero el precio es económico si lo comparamos con otras canchas que hay en otros barrios, que cobran más caro”, afirmó. (Cambio)