La Paz, 23 nov.- Illimani, Sajama, Chacaltaya, San Enrique, Picachu Kasiri, Chiar Kherini, Zongo, Lengua Quebrada, María Lloco, Wila Llojera son glaciares andinos que se encuentran en franca etapa de desaparición debido al cambio climático.

Según un estudio del Instituto Boliviano de la Montaña (IBM), durante los últimos 30 años estos nevados están en proceso de deshielo.

El científico, Humberto Gomes de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) aseguró que en la última media centuria Bolivia acusó medio grado centígrado de aumento de la temperatura. Esta situación afecta en mayor medida a las poblaciones campesinas del Altiplano y a la Amazonía.

“No hay mucha esperanza para los glaciares bolivianos, si el calentamiento sigue así hasta van a desaparecer”, dijo Alicia Mier, miembro del IBM.

En el mundo existen varias instituciones que realizan estudios sobre el cambio climático y sus consecuencias; una de ellas es el IBM que en este último tiempo desarrolló un trabajo acerca de los glaciares bolivianos de la cordillera Real en el departamento de La Paz.

En ese marco, la primera quincena del próximo mes, la ciudad de Lima -Perú, será sede para realizar la Conferencia Climática de las Naciones (COP 20) de esta gestión, evento donde expertos ambientalistas y las organizaciones sociales de diferentes países harán escuchar su voz acerca de su realidad regional en relación al cambio climático.

El ambientalista Edwin Alvarado explicó que en Bolivia el primer glaciar que sintió el efecto más impactante es en nevado Chacaltaya, empero aclaró que en términos productivos se debe realizar una evaluación en un corto y largo plazo.

Indicó que en faldas del nevado Illimani, si bien los glaciares están retrocediendo o derritiéndose ahora tienen humedad por lo que los productores tienen mayor productividad, por ende mayores cultivos de cebada, maíz, entre otros. (EL DIARIO)

Glaciares de la Cordillera Real en La Paz Bolivia se deshielan por cambio climático

Bolivia expuesta a perder valiosas fuentes de agua dulce: Glaciares víctimas del cambio climático

Nevados como el Illimani, Sajama, Chacaltaya, San Enrique, Picachu Kasiri, Chiar Kherini, Zongo, Lengua Quebrada, María Lloco, Wila Llojera, entre otros que cuentan aún con escasos glaciares, tienen pocas esperanzas de sobrevivir ante el implacable efecto del cambio climático en Bolivia. Durante los últimos 30 años están en proceso de acelerado deshielo estas fuentes de agua dulce por efecto del cambio climático, según un estudio del Instituto Boliviano de la Montaña (IBM). El científico, Humberto Gomes de la Fundación Amigos de la Naturaleza (Fan), dijo que en la última media centuria Bolivia acusó medio grado centígrado de aumento de la temperatura. Esta situación, sostuvo, afecta en mayor medida a las poblaciones campesinas del Altiplano y a la Amazonía.

DESESPERANZA

“La cosa es que no hay mucha esperanza para los glaciares bolivianos, si el calentamiento sigue así, hasta van a desaparecer”, dijo Alicia Mier, miembro del IBM.

Si bien la situación es preocupante, en diferentes partes del mundo, existen varias instituciones que realizan estudios sobre el cambio climático y sus consecuencias una de ellas es el IBM que en este último tiempo desarrolló un estudio de los glaciares bolivianos, en particular los que se encuentran en la cordillera Real en el departamento de La Paz.

En ese marco, la primera quincena del próximo mes, la ciudad de Lima -Perú, será sede para realizar la Conferencia Climática de las Naciones (COP 20) de esta gestión, evento donde expertos ambientalistas y las organizaciones sociales de diferentes países harán escuchar su voz acerca de su realidad regional en relación al cambio climático.

GLACIARES TROPICALES

Mier explicó que todos los glaciares de Bolivia son tropicales debido a que se encuentran en una región especial del mundo lo que los hace sensibles al cambio climático. “Son como un termómetro, siempre reaccionan inmediatamente al cambio de temperatura de clima, sobre todo en los últimos 30 años”, dijo.

Efectos

El ambientalista, Edwin Alvarado, explicó que en Bolivia el primer glaciar que sintió el efecto más impactante es en nevado Chacalyata, empero aclaró que en términos productivos se debe realizar una evaluación en un corto y largo plazo.

Indicó que en faldas del nevado Illimani, si bien los glaciares están retrocediendo o derritiéndose ahora tienen humedad por lo que los productores tienen mayor productividad, por ende mayores cultivos de cebada, maíz, entre otros.

ICONO NACIONAL

Según el informe de la IBM, el Illimani es el más emblemático no sólo de La Paz, sino del resto del país está ubicada al sur de la cordillera Real a 6.438 metros de altitud.

En una fotografía antigua que muestra el Illimani en 1985, vista desde un punto en la Ceja de El Alto, próximo al valle de Achocalla. En la relación fotografía se observa que las lenguas del glaciar Illimani de 1985 son más profundas y que sus picos glaciares están más cubiertos; también se distingue cómo la parte del lado izquierdo mantiene sus hielos.

La imagen comparativa muestra el nevado en 2014, con lenguas disminuidas, con los picos parcialmente descubiertos de hielo y con la parte baja izquierda carente de hielos.

DESHIELO

A través de fotografías aéreas e imágenes satelitales, los estudiosos del Illimani vieron que las tasas de pérdida glaciar en la famosa montaña no se producen de forma lineal. De acuerdo a evaluaciones hechas por el glaciólogo boliviano, Edson Ramírez, el nevado perdió el 12% de su superficie entre 1963 y 1983; posteriormente, entre 1983 y 2009, la reducción glaciar se aceleró 26%.

Se estima que entre el Illimani – junto al Sajama y el Ancohuma, será una de las últimas montañas en mantener el hielo cerca de sus cumbres debido a su gran elevación. Los tres macizos serán una especie de “últimos sobrevivientes” a las agresiones del calentamiento global.

Los deshielos del glaciar Illimani alimentan a los bofedales del área y los ríos Jankho Uma, Chunga Mayo y al mismo río La Paz. Mier explicó que del 25 al 28 de noviembre se exponen estas fotografías en el Espacio Cultural Jach’a Qhatu (Mi Teleférico, en la 16 de Julio El Alto).