La Paz, 22 jul.- El avance de la tecnología, la informática y las comunicaciones mediante redes que crean nexos entre personas más allá de lo físicamente posible, ha permitido a los individuos vincularse con sus similares de forma más dinámica, asimismo establecer relaciones directas con instituciones y entidades estatales y privadas. Sin embargo, estos avances tecnológicos también han posibilitado a la delincuencia valerse de nuevas armas al momento de cometer ilícitos, esta vez en el campo virtual.

Según el jefe de la División Cibercrimen y Escena del Crimen de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen – FELCC de la ciudad de La Paz, My, Deather Chambi, en Bolivia son tres los delitos más recurrentes relacionados con estafas virtuales en la actualidad. Estos tipos de ilícitos están relacionados con la falta de precaución en cuestiones de privacidad de los usuarios de la red Internet en Bolivia.

Cibercrimen en Bolivia: el avance tecnológico permite a las personas cometer ilícitos y ser víctimas en el campo virtual.
Cibercrimen en Bolivia: el avance tecnológico permite a las personas cometer ilícitos y ser víctimas en el campo virtual.

El perfil del estafador virtual corresponde a una persona que tiene altos conocimientos en el manejo de redes sociales y se aprovecha del contenido que las victimas comparten abiertamente en estas plataformas.

“AYÚDAME A RECOGER MIS MALETAS”

Los delincuentes informáticos aprovechan las distancias entre los principales aeropuertos del eje troncal del país y la ya conocida burocracia aduanera. Lo curioso es que estafadores que operan en occidente del país buscan victimas del oriente y viceversa.

Estas personas se contactan con sus víctimas vía WhatsApp, Facebook o Messenger y se hacen pasar por familiares o amistades cercanas que radican en el extranjero. El mensaje es siempre similar: “Estoy en el aeropuerto de X país, perdí el vuelo y mis maletas, con productos de valor, ya se fueron a Bolivia”. En este momento el estafador pide a la víctima encargarse de los tramites de desaduanización de sus pertenencias a cambio de una remuneración o de quedarse con algo del contenido del supuesto equipaje.

Para estos casos, los estafadores fingen ser familiares o conocidos de las víctimas, incluso mandando fotos de estos allegados para crear mayor confianza. Luego mandan el número de algún “licenciado”, supuesto encargado de Aduanas en el aeropuerto, quien al ser contactado pide que se le mande un pago por “multa de retención de las maletas”, a través de servicios de billetera móvil.

“HOLA, SOY YO. PRÉSTAME DINERO”

La suplantación de identidad es la forma de estafa que consiste en apropiarse de un perfil de Facebook con la finalidad de hacerse de préstamos de dinero a nombre del titular de la cuenta, ya sea mediante familiares, amigos cercanos e incluso compañeros de trabajo. Los resultados en este tipo de estafa son más veloces ya que el delincuente simula una situación extrema de necesidad económica por un problema de salud o similar y solicita envíos de dinero mediante servicios asociados a números telefónicos de billetera móvil.

Según indica el mayor Chambi, estos dos tipos de estafa están relacionados con un estudio social y del entorno realizado por los delincuentes, este no se produce de la noche a la mañana sino que es producto de un trabajo progresivo se seguimiento a la red de contactos del que forma parte la víctima de manera virtual.

“OFERTA: COMPRA EN MI TIENDA ON LINE”

Clonación de páginas web de ventas on line es la forma de estafa en la que se ofrecen productos electrónicos y se los oferta en grupos de compra y venta vía redes sociales. La forma de proceder de los estafadores en este tipo de delito es clonar páginas web de empresas de venta legalmente establecidas y ofrecer los productos en las RRSS con la diferencia de que los precios ofertados son visiblemente más bajos con relación a los originales, estas supuestas empresas no cuentan con oficinas físicas y la forma de pago siempre está relacionada con depósitos en el servicio Tigo Money y similares.

Lo que dificulta el trabajo policial en estos casos es que al tiempo de clonar las páginas web, los delincuentes recurren a servidores con dominio extranjero, más que todo norteamericano. La Policía Boliviana no puede judicializar estos casos ya que deben hacerlo en el país de origen. Hoy mediante negociaciones y convenios entre países se puede reportar el funcionamiento de estos sitios, sin embargo, los estafadores cierran las webs para posteriormente aparecer con un nombre distinto.

El oficial policial recomienda a la población proteger los datos que se proporcionan en redes sociales y usar las medidas de seguridad que estas mismas redes brindan a sus usuarios.

“Hay que desconfiar de todos los pagos que se piden por anticipado. Las empresas serias y legalmente establecidas nunca pedirán depósitos en entidades ajenas al sistema bancario. Nunca abrir links extraños que le lleguen mediante servicios de mensajería. Corroborar por otras vías las solicitudes de envío de dinero de familiares en el extranjero. Constatar la identidad de empleados aeroportuarios o de aduana llamando directamente a las instituciones”, son algunas sugerencias de seguridad para el usuario virtual. (VISORBOLIVIA / Ángel Salazar)