26 jun.- Un equipo de arqueólogos descubrió los restos de un templo de Tiwanaku previamente desconocido en los Andes de Bolivia.Bolivian tourism Al ser los Tiwanaku una de las civilizaciones antiguas más enigmáticas de Sudamérica, su hallazgo se considera un gran avance en la comprensión de esta cultura que floreció cerca del lago Titicaca hace más de un milenio. Las conclusiones del descubrimiento, liderado por investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania y colaboradores bolivianos, se han publicado en la revista Antiquity.
Esta antigua sociedad representó uno de los primeros ejemplos de civilización en los Andes y es precursora del imperio inca, pero desapareció hace unos mil años. Hoy, gracias a este hallazgo, se puede conocer un poco más esta poderosa sociedad extinta.

"Su sociedad colapsó alrededor del año 1000 d. C. y estaba en ruinas para cuando los incas conquistaron los Andes en el siglo XV", afirmó José Capriles, profesor asociado de antropología de la Universidad Estatal de Pensilvania y autor principal de un estudio.
“En su apogeo, contaba con una estructura social altamente organizada, dejando tras de sí restos de monumentos arquitectónicos como pirámides, templos con terrazas y monolitos, la mayoría de los cuales se encuentran distribuidos en sitios alrededor del lago Titicaca. Si bien sabemos que el control y la influencia de Tiwanaku se extendieron mucho más allá, los académicos debaten cuánto control real tenía sobre lugares distantes”.
Lo que acaban de descubrir los arqueólogos en la cima de una colina conocida por los agricultores indígenas locales que nunca fue explorada a fondo por los investigadores debido a su ubicación, es uno de estos templos monumentales. Se trata del templo de Palaspata, un sofisticado complejo ceremonial de 125 x 145 metros situado a unos 200 kilómetros al sureste del sitio principal de Tiwanaku, cerca del famoso lago Titicaca, que ofrece nuevas perspectivas sobre cómo el estado de Tiwanaku controlaba las rutas comerciales que conectaban el altiplano boliviano con los fértiles valles orientales hace más de mil años.
Esto es solo una muestra de que los Tiwanaku fueron en su día una de las civilizaciones más poderosas del continente.
La ubicación del templo de Palaspata fue absolutamente estratégica. Ocupaba un enclave de valor estratégico inigualable: en su entorno convergían tres ecosistemas muy distintos. Por un lado, las tierras altas que circundaban el lago Titicaca, ricas en minerales y frutos de altura; por otro, las estepas del Altiplano, secas y ventosas, donde el pastoreo de llamas tejía la vida cotidiana; y, finalmente, los valles andinos de Cochabamba, generosos en cosechas y riego.
Este cruce de paisajes no solo suministraba recursos vitales para esta cultura, sino que convirtió a Palaspata en un nudo esencial dentro de la red de Tiwanaku: un punto de encuentro para caravanas de intercambio, un puente cultural entre comunidades y un escenario privilegiado para rituales y peregrinaciones.
/Prensa