La Paz, 15 jun.- La Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) fue fundada un 11 de junio de 1944, en el gobierno de Gualberto Villarroel, fecha emblemática en la que se dio inicio a las luchas del movimiento sindical minero, que tuvo gran relevancia a través de la historia de Bolivia durante el siglo XX.

La historia de la Federación inicia con la constitución de los sindicatos de trabajadores de Huanuni y de la empresa La Salvadora, de propiedad del empresario minero Simón I Patiño.

Mineros de BoliviaHasta ese entonces, los trabajadores mineros de Bolivia se habían organizado en sociedades de socorro con el afán de crear fondos comunes de apoyo, según señala Roberto Querejazu en su libro Llallagua, historia de una montaña.

El ex dirigente minero y ex ministro de Minería José Pimentel señala que el movimiento minero luchaba por el acceso a la educación, la construcción de escuelas en los campamentos y la obligatoriedad de las empresas de dotarles de alimentación. Sin embargo, trascendió esos momentos para convertirse en la vanguardia del sector obrero boliviano.

Para Wálter Delgadillo, también ex dirigente minero y ex ministro, dos razones dieron impulso a la formación de la Federación de Mineros: la Guerra del Chaco, que representa el inicio de la conciencia nacional, y la explotación de clase a la que eran sometidos los mineros como trabajadores. El historiador Eduardo García, por su lado, recuerda que los mineros no van a la Guerra del Chaco porque un decreto lo estableció así.

“No se podía mandar al frente al sector que generaba la economía para la guerra”, remarcó.

Sin embargo, añade que las ideas de izquierda que comenzaron a llegar a la mina hicieron su parte.

Para José Pimentel el gobierno de Gualberto Villarroel (1943-1945) representó un gran apoyo para la creación de la Federación de Mineros como una institución de carácter nacional, esto como demostración del carácter popular que tuvo su gestión.

Recuperar los recursos

La Federación de Mineros no persiguió sólo intereses de clase, sino que su lucha trascendió la defensa del interés nacional.

En ese marco, asume el sentimiento nacional que descubrió la guerra entre los bolivianos: recuperar las minas para el Estado.

Y esta decisión —asegura Pimentel— queda reflejada en las primeras resoluciones que emite el Congreso Fundacional de la Federación de Mineros, en el que se demanda el aumento de la tributación minera a las empresas, que hasta ese momento tenían el control del estaño.

Delgadillo añade que esa defensa del interés nacional trascendió hasta 1952.

“Sin la fuerza de la Federación de Mineros no hubiese habido nacionalización de las minas. No es el MNR el que impulsa la nacionalización, sino que es consecuencia de la Federación de Mineros y de la Central Obrera Boliviana”, afirma.

“La lucha de la Federación de Mineros en los gobiernos del MNR, de 1952 a 1964, se centró básicamente en la lucha por las fundiciones de estaño, pero también para mantener una política de desarrollo industrial en la Comibol”, añadió Pimentel.

En ese marco, el ex dirigente dijo que la participación del sector en la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) fue de denuncia y de proyección para que la empresa fuese eficiente y rentable.

Recuperación de la democracia

Minero bolivianoOtra época marcada por la lucha del movimiento minero fue la de la dictadura, en la que los trabajadores enfrentaron incluso intenciones de destrucción del sindicalismo. “Esta lucha de los mineros desde 1964 hasta 1982 realmente nos mostró como verdaderos defensores de la institucionalidad constitucional, pero también defensores del proceso democrático”, aseguró Pimentel.

Sin embargo, la lucha más dura que enfrentó el movimiento minero fue desatada contra el Decreto 21060 de 1985, que aplicó la relocalización.

Pimentel recuerda el precio: 30 mil mineros relocalizados.

La historia del movimiento obrero boliviano sin los mineros es inexplicable, aseguró Delgadillo.

“Desde el punto de vista social es un sector altamente comprometido, desde el económico tiene un peso fundamental y desde el punto de vista político es la expresión de la madurez de la clase trabajadora”, aseguró el ex ministro de Minería.

El movimiento proletario desde 1900

En su libro Llallagua, historia de una montaña, Roberto Querejazu señala que la creación de la Federación de Mineros de Bolivia está precedida por eventos como la creación de la Unión Gráfica Nacional, fundada en La Paz en 1904 por los trabajadores de los talleres de imprenta.

En 1906, también en La Paz, se fundó el Centro Social de Obreros para procurar, entre otros, “la unión de la clase trabajadora”.

Los artesanos de La Paz formaron su organización en 1908 bajo la denominación de Federación Obrera de La Paz. En 1912 nació la Federación Obrera Internacional, de “inspiración izquierdista”.

En 1918 nace la Federación Obrera de Trabajo (FOT), que absorbió a la Federación Obrera de La Paz y a la Federación Obrera.

En el sector de la minería, en 1919 y 1921, existió en Oruro una Federación de Minería, que habría extendido su influencia hasta Uncía y Llallagua, dice Querejazu en su libro.

En 1918 en la empresa Patiño se fundaron dos sociedades de socorro mutuo, de las que Simón Patiño y su esposa Malvina fueron nombrados padrinos.

El historiador Eduardo García señala que en 1920 se crea el sindicato minero de Huanuni, y recuerda que en 1923 es blanco de una masacre que pretendía frenar las reivindicaciones de los trabajadores del subsuelo.

“La formación de los sindicatos propiamente tales vino después de varios años de conflictos laborales. El movimiento obrero en las minas, como un presagio de lo que iba a ser su trágica historia, nació con convulsiones”, dice Querejazu.

LOS OBREROS, hombres de combate y fuerza sindical

Mineros de Bolivia, protagonistas de la Revolución de 1952Los mineros fueron la fuerza combativa de la revolución del 9 de abril de 1952, y ésa fue la principal razón para que se conforme la Central Obrera Boliviana (COB) un 17 de abril de 1952.

Hasta ese entonces las luchas del movimiento minero ganadas en las calles en la insurrección del 9 de abril, convirtieron a este sector, en un verdadero líder y esencia de la COB.

Uno de los hombres emblemáticos de la Federación de Mineros fue don Juan Lechín Oquendo, pero también se destacan César Lora, Isaac Camacho, Federico Escóbar y Artemio Camargo como héroes del movimiento minero.

Además se destacan Víctor López, Óscar Salas, Édgar Ramírez, Guillermo Dalence y toda una generación que aportó a la lucha social de Bolivia.

“La clase minera siempre los tiene presentes en su memoria, en su recuerdo, físicamente podemos ver los monumentos que se han erigido a héroes como Juan Lechín Oquendo, Federico Escóbar, César Lora allá en la Plaza del Minero, de Siglo XX, pero en todas las luchas de los trabajadores mineros su ejemplo está presente”, aseguró el ex dirigente minero José Pimentel.

Carácter luchador de los trabajadores mineros de Bolivia

Más allá de que el carácter personal de los trabajadores mineros está formado en el rigor del trabajo de las minas, que significa temeridad y disciplina, el proletariado minero ha logrado tener una conciencia de clase en cuanto a las luchas que desarrolló.

Pimentel dice que esas luchas, que en principio fueron de carácter reivindicativo por mejores condiciones de vida y de trabajo en las minas, finalmente llegaron a la conciencia de que la solución a sus problemas solamente se puede dar con la liberación definitiva, estableciendo una sociedad mucho más justa, una sociedad socialista.

“Esto es lo particular del movimiento minero que logró adquirir como clase una conciencia de carácter socialista”, asegura.

Añade que actualmente el movimiento sindical minero está viviendo una transformación a partir de sus propias condiciones de vida que hablan de modernidad, de utilización intensiva del capital y la tecnología.

“Hoy las glorias de la Federación de Mineros renacen en manos de las nuevas generaciones”, sostiene. (Cambio)