Viernes Santo es una de las fechas más simbólicas para los cristianos del mundo porque se recuerda la crucifixión de Jesús.La Paz, 3 abr.- Con dramatizaciones populares del Vía Crucis de Jesús y su posterior crucifixión, representadas por feligreses y devotos, en el Viernes Santo hubo reflexión y se revivió la tradición religiosa marcada por sentidas procesiones, largas caminatas y comidas típicas sin carne. Las campañas electorales hicieron un alto en su ritmo y varios políticos fueron a recibir su bendición a los templos.

En la ciudad de El Alto, la procesión la inició de madrugada el padre Sebastián Obermaier, párroco de la iglesia Cuerpo de Cristo, desde el barrio Villa Adela. A él no le pesaron sus más de 70 años para caminar varias cuadras junto a vecinos de la urbe alteña, recordando la pasión y muerte de Cristo.

Las procesiones comenzaron temprano en diferentes barrios de la ciudad de La Paz, donde varias parroquias organizaron su propio calvario para simbolizar el Vía Crucis al Gólgota que tuvo que recorrer Jesús cargando una pesada cruz en su espalda hasta llegar la hora de su muerte, después de un largo suplicio.

Jóvenes entusiastas acompañaron con guitarras el lento caminar de las procesiones que recorrieron diferentes arterias de la ciudad para hacer conocer su dolor por el sacrificio del hijo de Dios, por los pecados del mundo y representar las 12 estaciones de Cristo, antes de su muerte.

El vicepresidente Álvaro García Linera, en un breve encuentro con los periodistas, dijo que no es tiempo de velar por el beneficio personal y acumular riquezas, pues Jesús acumuló parajes y enseñanzas, y su vida fue para gastarla por los demás y sacrificarla por su prójimo.

La Semana Santa en Bolivia, al igual que en otros países del mundo, se instaló el Domingo de Ramos, con previa preparación espiritual durante la Cuaresma, y concluirá el Domingo de Resurrección.

En horas de la tarde, las calles del casco viejo de la ciudad se inundaron de la procesión central de la Iglesia Católica, que partió de la parroquia Virgen de la Merced, a una cuadra de la plaza Murillo, y recorrió las principales arterias céntricas.

Varias hermandades, integradas sobre todo por adultos mayores, vestidos con capuchas, hicieron una alegoría a los verdugos de Cristo, otros cargaron a la Virgen Dolorosa en sus hombros. Los miembros de las hermandades cuentan que deben adquirir la gracia espiritual con el ayuno de todos los viernes de Cuaresma, como forma de preparación para la Semana Santa.

Otras imágenes que fueron llevadas en hombros por los feligreses son: el Señor de las Caídas, el Paso del Calvario, el Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa.

En el campo, un Cristo crucificado con poncho y lluch’u es la imagen que mejor puede graficar el sentimiento de los pobladores del altiplano durante la celebración de Semana Santa. Es así como se presenta la imagen de Jesús el Viernes Santo en Huanuni, por ejemplo, informa el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB).

En el altiplano de La Paz, Potosí y Oruro, “adquiere un matiz distinto el Viernes Santo por el alto grado de identificación de los pobladores con la imagen bíblica del Cristo, que sufre antes de ser crucificado”.

Como en ninguna otra festividad cristiana, Cristo está más cerca del pueblo porque sufre como el pueblo, pero sobre todo porque muere y renace –resucita– como los sembradíos en primavera, destaca la investigación sobre Semana Santa en el área rural.

PARA DESTACAR

Fe religiosa: las procesiones marcaron la agenda del día. Familias de todas las clases sociales y barrios de La Paz y El Alto reafirmaron su fe durante el Viernes Santo.
 
Dramatizaciones: cobran fuerza  en barrios paceños, donde jóvenes representan la Vía Crucis de Jesús.
 
Imágenes: el Señor de las Caídas, el Paso del Calvario, el Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa son parte de la procesión central.

Calvarios: para quienes no pudieron ir hasta el santuario de Copacabana, en La Paz, en los barrios altos se visitaron calvarios.

Platos típicos sin carne marcaron el día

La población boliviana cumple con cierta rigurosidad la abstinencia del consumo de carne en Viernes Santo, por respeto al dolor físico que sufrió Jesucristo antes de morir crucificado en la cruz, alrededor del año 30 en el siglo I, en Jerusalén.

La carne no fue la más requerida en el mercado, sino el pescado, el choclo, el zapallo, el queso, la papalisa, las arvejas y otros productos con los que las amas de casa prepararon los tradicionales platos típicos como el queso macha, el ají de papalisa, la arvejada, el pastel de fideo y el arroz con leche, entre otros.

Las tradiciones culinarias de Viernes Santo están muy arraigadas, sobre todo entre las personas mayores.

En el interior del país, sobre todo en el trópico y la amazonia, la gente suele comer pescados como el salmón, surubí, pirañas y otras especies preparadas en muchos casos en las mismas orillas del río.

Los huevos de Pascua también incursionaron en el mercado, tal es así que en los supermercados incluso hay ofertas especiales por Semana Santa.

La importancia de Viernes Santo radica en la fe de que Cristo al morir y resucitar redimió al mundo de sus pecados.(cambio)