La Paz, 4 sep.- El Instituto de Hidrología e Hidráulica (IHH) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) realizó un estudio a los más de 400 glaciares que conforman la Cordillera Real, y determinó que desde 1980 se produjo el fenómeno del retroceso, derritiéndose 43 por ciento de los nevados por el cambio climático.
El investigador del IHH Edson Ramírez señaló que este estudio mostró que varios nevados de menos de un kilómetro cuadrado de extensión desaparecieron o están en vías de hacerlo, como pasó con el Chacaltaya.
“Cada sector va a sufrir efectos muy diversos, hay glaciares que van a desaparecer, otros van a perdurar, depende de cada nevado, de la superficie de nieve que tiene, la altura en la cual se encuentra, la orientación que tiene cada glaciar”, explicó.
Ramírez detalló que los glaciares propensos a desaparecer son los más pequeños, que se encuentran a alturas menores y son similares al Chacaltaya, que tiene una superficie de hielo pequeña, “del orden de un kilómetro cuadrado, esos glaciares van a verse afectados sin duda alguna por el proceso que sigue el cambio climático y este cambio de temperaturas que estamos sufriendo”.
Sin embargo, aclaró que glaciares con superficie importante como el nevado Sajama, Huayna Potosí, Illampu e Illimani cuentan con mayores posibilidades de perdurar debido a la superficie de hielo y nieve que tienen, así como a la altura en la que se encuentran, que está por encima de los 6.000 metros sobre el nivel del mar (msnm), y por lo tanto tienen más posibilidades de mantenerse, pues conservan su capa de hielo, la cual no se derritió aún.
Advirtió de que los glaciares pequeños con mayor peligro de perder su capa de hielo y nieve son los de la cuenca del Condoriri y el Pico Tarija, incluso afectando a la actividad agropecuaria de los pobladores del lugar.
“Sin duda es un proceso complejo por el hecho de que esta sinergia del clima, que es tan importante y que depende de aspectos del manejo del planeta en su conjunto, está provocando cambios extremos en nuestro medio ambiente”, explicó.
El IHH realizó un inventario de los glaciares que conforman la Cordillera Real, digitalizando cada uno de ellos e identificando más de 400 nevados en esta estructura montañosa.
El experto apuntó que gran parte son pequeños y, por ende, son susceptibles de sufrir impactos significativos por el retroceso glaciar.
Estudio realizado
El IHH realizó recientemente un estudio sobre la situación de la Cordillera Real junto al Programa Nacional de Cambios Climáticos, con el apoyo del Banco Mundial (BM) y la Comunidad Andina (CAN), que permitió determinar el impacto del retroceso glaciar gracias al uso de alta tecnología con imágenes satelitales de alta resolución.
Por último, Ramírez advirtió de que este proceso seguirá avanzando irremediablemente en los siguientes años si todas las naciones del mundo no asumen medidas para detener el cambio climático, aplicando mecanismos que permitan definir resultados, aunque éstos sólo se sentirán en el largo plazo.
Ante el retroceso, la adaptación
“La sugerencia que hacemos como investigadores en el tema del retroceso glaciar es que la única forma de luchar contra el deshielo y los efectos del cambio climático es a través de la adaptación a las nuevas condiciones del clima”, afirmó el investigador del IHH Edson Ramírez.
El experto agregó que es preciso que las autoridades trabajen en adecuaciones en la producción agropecuaria y el almacenamiento de agua.
“Si nosotros no nos preparamos para eso, en un tiempo futuro cercano veremos impactos que probablemente no estemos preparados para soportar. Hay que trabajar muy rápidamente en todo lo que son los procesos de adaptación, las estrategias en sí, específicamente en cuanto a los efectos que se viven en una y otra región, diferenciando la estrategia”, finalizó. (Cambio)