21 feb.- La persistente lluvia que cayó ayer en la ciudad de La Paz no impidió que las 56 comparsas participantes de la décima séptima versión del Jisk’a Anata muestren, una vez más, la diversidad folklórica, rescatando las expresiones autóctonas bolivianas.

Esta entrada, que comenzó con tres horas de retraso desde la avenida Montes hasta el parque Rossevelt, fue vista por miles de paceños, quienes se acomodaron en las aceras del eje de la ciudad no sólo para apreciar el paso de los grupos folklóricos sino también para jugar con agua, pese a la prohibición de la Alcaldía.

Entrada Folklórica Jisk’a Anata en la ciudad de La Paz.Asimismo, la jornada fue aprovechada por los comerciantes, que instalaron improvisados negocios como el inflado de globos con agua, el alquiler de sillas, la venta de capas de nylon y comida y bebida por doquier.

La fiesta carnavalera contó con la presencia de las autoridades municipales y la Tawaco 2012, Mariela Pinedo, quien también es representante de la Organización Integral Saya Afroboliviana (Orisabol). Se destacaron el grupo “Los Olvidados” con sus melodías tradicionales, y los “Sicuris de Italaque”, que con la danza liviana conformada por 5 parejas, hizo de las suyas.

El Jisk’a Anata rindió tributo a la diversidad

Tarqueadas, moseñadas, caporales, sicuris, kullawas y wacas wacas formaron ayer una sinfonía de diversidad cultural durante la realización del Jisk’a Anata 2012, cuando brillaron 56 comparsas con diferentes coreografías, mostrando la riqueza folklórica de nuestro país.

El oficial mayor del Culturas, Wálter Gómez, antes del recorrido, explicó que 50 ingresaban a concurso y 6 fraternidades estaban invitadas.

Muy cerca al mediodía de ayer ya se organizaban, a lo largo del recorrido, las comerciantes, que incluso vendían lugares para espectadores desde los Bs 10 a los Bs 50.

Jisk’a Anata 2012El recorrido se realizó en el carril de subida, desde el inicio de la avenida Montes, avenida Mariscal Santa Cruz, calle Bueno, avenida Bolívar y con la meta en las afueras del estadio “Hernando Siles”.

Aunque el inicio del espectáculo estaba previsto para horas 11:00, el mismo tuvo el retraso de una hora en la que se inauguró el acontecimiento con la presencia del Alcalde Luis Revilla, acompañado de autoridades de cultura, los tradicionales personajes de Carnaval : el Pepino, Ch’uta, la chola paceña, las reinas de la festividad y una banda para dar más alegría a este espectáculo.

“Así como tuvimos una farándula tranquila ayer, esperemos que la fiesta que damos inicio hoy, sea un ejemplo”, manifestó el Burgomaestre.

Posteriormente a horas 12:30 de la inauguración, el primer conjunto con el que se deleitaron los ciudadanos paceños fue la Tarqueada que, a diferencia de otros años, este grupo estuvo conformado por músicos con capacidades diferentes y adultos mayores; acompañados de tambor, bombo y tarkas.

Asimismo, entre lo destacable, estuvo la participación de las cebras, que aparte de mostrar su alegría, evitaron el exceso en el consumo de alcohol con sus gentiles controles.

Empero, tuvieron que pasar por lo menos dos horas para que el grupo “ Los Olvidados”, carismáticos y muy tradicionales, hagan su ingreso triunfal y la mayoría de los espectadores retribuyó el rescate de las tradiciones, poniéndose de pie para aplaudir su arte.

Otro grupo exitoso fue el de los “Sicuris de Italaque”, que con la danza liviana conformada por cinco parejas, hizo de las suyas.

La Oficialía Mayor de Cultura trató de ponerle orden al ingreso de las fraternidades, sin embargo, no tuvo buena respuesta de parte de los participantes que por momentos hicieron que el espectáculo se torne desordenado.

Los baches dejados entre grupos, fueron aprovechados por los niños, quienes jugaron con agua y espuma, desluciendo la demostración cultural ya que el suelo mojado impidió que los danzarines pudieran desplazarse líbremente.

Según el calendario aymara, el mes de febrero es considerado como la época de la “Anata”, tiempo de juego y Thinku, donde se cosechan los primeros frutos otorgados por la Madre Tierra en el altiplano boliviano, de esta consideración ancestral deriva el nombre de Jisk’a Anata.