La elegancia de la cholita paceña se lució en la residencia diplomática estadounidense, sobre la alfombra roja de la pasarela, dispuesta debajo una carpa gigante, que sirvió de escenario para el desfile de moda denominado “Identidad paceña 2012”, organizado por ABIA (American British International Association) en coordinación con la Oficialía Mayor de Culturas.

La artífice del evento fue Liza Creamer, una de las presidentas honorarias de ABIA, quien colaborada por las damas de la directiva, cuidó el mínimo detalle para el éxito del desfile destinado a captar recursos para el Centro de Rehabilitación y Salud Mental San Juan de Dios.

La elegancia de la cholita paceña sobre la pasarelaLa respuesta de la comunidad internacional y de la sociedad paceña a esta noble labor fue masiva.

A partir de las 19.00, hora fijada para el evento, los vehículos, sobre todo con placa diplomática, se desplazaron por la avenida Superior de Achumani, donde está situada la casona de la legación estaunidense, como si se tratara de una caravana.

La idea de las organizadoras fue dar a conocer un poco más, sobre la evolución de la moda de la chola paceña, por lo que las maniquíes lucieron sombreros, polleras, enaguas, mantas y calzados, que reflejó la amplia industria de las prendas que visten a las cholitas en nuestra ciudad. Este elegante vestuario estuvo complementado con ostentosas joyas, con un precio de hasta 12.000 dólares americanos.

Al inicio del programa, el ballet de Charito Carazas presentó un abanico de bailes folklóricos nacionales, para luego dar paso a las elegantes modelos, ocho en total, quienes, con su elegancia y simpatía, se robaron la ovación del auditorio.

La velada fue también para celebrar la fiesta de la Alasita, representada por el personaje de la fiesta de la abundancia, el Ek’eko, esta vez uno de carne y hueso que cerró el desfile repartiendo billetitos a los asistentes.

Una mesa de buffet, perfectamente decorada acorde con la celebración de las miniaturas ofreció sándwichitos, llauch’itas y otras delicias, mientras los caporales San Simón del bloque La Paz alegró el ambiente con sus variadas coreografías.

Finalmente, hubo una subasta silenciosa de las prendas donadas por los auspiciadores.