La Paz, 14 ene.- (VisorBolivia) La expulsión del terrorista Cesare Battisti el domingo generó división en el masismo con grupos que respaldan la decisión coordinada del Ministerio de Gobierno con Interpol y otros que se afianzan a la extrema izquierda para justificar las acciones del sentenciado por cuatro muertes en Italia.

Battisti fue detenido el sábado en Santa Cruz en un operativo conjunto de Interpol y la policía italiana de inteligencia. El Ministerio de Gobierno determinó su entrega y expulsión luego de confirmar el rechazo de la solicitud de asilo político que había activado el súbdito italiano ante el Consejo Nacional del Refugiado - CONARE.

Cesare Battisti fue requerido por la justicia italiana por más de tres décadas.
Cesare Battisti fue requerido por la justicia italiana por más de tres décadas. / TWITTER

El sujeto de 64 años había sido sentenciado a cadena perpetua en Italia por el asesinato de dos personas y en grado de complicidad por la muerte de otras dos en la década de los 70s. Su primer proceso lo declaró culpable, pero Battisti logró escapar a Francia, luego México y cuando se emitió la orden de captura internacional, llegó en 2004 hasta Brasil, donde fue recibido y apoyado por el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

Ayer, la defensa de Battisti en Italia negó el recurso de hábeas corpus de su defensa y el sujeto fue trasladado a celdas de Roma, según indicó el ministro presidente del Supremo Tribunal Federal, Días Toffoli.

En Bolivia, el hermano del vicepresidente Alvaro Garcia, Raúl Garcia, fue el primero en reaccionar contra la decisión del Gobierno central, calificando la expulsión como el primer acto “contrarrevolucionario” de la administración de Evo Morales.

Los Garcia fueron parte del grupo irregular Ejército Guerrillero Túpac Katari - EGTK que operó en el país entre 1985 a 1992 con atentados a torres de electricidad y el robo de remesas para solventar su “causa revolucionaria”. Dos personas, miembros de ese grupo, murieron cuando trataban de activar explosivos en el altiplano.

Las juventudes del gubernamental MAS también reaccionaron contra el ministro de Gobierno, Carlos Romero, a quien acusaron de “Judas” del proceso de cambio, incluso pidiendo su renuncia por haber afectado a un “hermano y compañero revolucionario”.

No se conoce la actividad de Battisti en Santa Cruz, pero ya circulan versiones sobre su participación como asesor de los militantes oficialistas, a quienes pudo dar clases de “formación política”, tal como Raúl Garcia hace en La Paz con grupos juveniles como Columna Sur o Generación Evo.

Otro militante del marxismo ortodoxo, Hugo Moldiz, ex ministro de Gobierno, declaró en la red Gigavisión que esta acción de expulsión de un miembro de la izquierda internacional afectará la imagen de Evo Morales.

“Esto va a generar y está generando una suerte de desazón en amplios círculos de la izquierda, no sólo boliviana sino mundial, va a provocar una desazón sobre el proceso boliviano y estoy absolutamente convencido de que esa decisión no participó el presidente Evo Morales. El CONAERE infringió un golpe muy duro al proceso de cambio y la figura del presidente”, declaró.

Sin embargo, el viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga, descalificó a los detractores de esta decisión legal. Sobre las juventudes cruceñas del MAS, sobre todo Rolando Cuellar, el funcionario dijo que son palabras “de quien viene” e incluso señaló que el juvenil dirigente tiene "cuentas pendientes" con la justicia; mientras de Raúl Garcia prefirió decir que fue una opinión a título personal.

La diputada oficialista Valeria Silva, a su vez, explicó que el tema fue evaluado de acuerdo con los procedimientos legales de asilo y refugio, por lo que al no cumplir con los requisitos se determinó la figura de expulsión del italiano.

Cesare Battisti llegó anoche a Italia y fue recibido por el ministro del Interior, Mateo Salvini.
El ex miembro del grupo terrorista Proletarios Armados por el Comunismo solo atinó a decir “ahora sé que voy a ir a la cárcel”.