El Alto: ¿Y los que no tenemos gas a domicilio? Hace tres o cuatro días, no lo recuerdo muy bien mi esposa me comunica con toda solemnidad, “ya no hay GAS”, si bien mi conexión a Gas Natural domiciliario ya esta en linea, el medidor no esta en su sitio todavía, por lo tanto mi familia es aun dependiente del GLP.

Mi primera reacción fue, “esperaremos el camión”, pero según información que puedo atribuir a un amable vecino mio, el camión no se dignó en recorrer mi zona, Villa Adela, desde hace ya un buen rato, por lo tanto solo queda una solución, salir en búsqueda de la garrafa de GLP.

Después de un periplo muy poco alentador en mi barrio, no quedo de otra que ir a hacer fila a el Cruce Villa Adela, mas específicamente en la linea férrea, grande fu mi sorpresa al llegar ahí a las nueve y treinta horas (09:30), en pleno día Internacional de la Mujer. Allí me encontré con una inmensa e interminable fila, parecía mas la entrada a un concierto que la fila para el gas, pero en fin ahí estaba yo y mi garrafa luchando entre la multitud. La verdad es que tanto tiempo libre te permite pensar en múltiples cosas como que le regalare a mi esposa en el día de la mujer, o por que las sociedades étnicas de Papúa Nueva Guinea generaron las mayores diferencias lingüísticas.

Pero en esta ocasión me atrajo pensar mas en por que casi mil personas, estaban en una fila para comprar 10 Kg de GLP. Las fotos que acompañan este articulo reflejan a las claras lo largo de la fila.

Algunos dirán que El Alto ya cuenta con Gas Natural Domiciliario, pero para aquellos que aun no están beneficiados queda esperar que el camión, el de toda la vida, se acerque a nuestros domicilios con el combustible. Aun recuerdo cuando era un niño y mi madre, en asociación con la mitad del vecindario bloqueaban la Av. Landaeta allá por la década de los ochenta, del siglo pasado y, yo en pleno siglo XXI me encontraba con el doble, o quizás el triple de personas esperando a un camión.

Como antropólogo las preguntas que cruzan mi mente en momentos como este son las habituales, ¿acaso no hay gas? ¿la producción es tan baja?, pero obviamente estas preguntas serian refutadas fácilmente bajo el argumento de la existencia de conexiones domiciliarias. Pero porqué la gente busca GLP, entonces en mi cavilación me cuestiono, ¿porqué la gente tiene la necesidad de buscar GLP lejos de sus domicilios?.

Es por ello que me dirigí a la planta de Senkata y pregunte a alguien de información si la producción era la habitual y me informo que sí. Tomando semejante respuesta como cierta, donde están los camiones que no pasan por mi vecindario desde hace casi un mes. O es albur del destino que casi siempre este en afanes como ese.

En este punto me doy cuenta de que si aceptamos que la producción de GLP es la misma y la demanda debería haberse reducido de modo drástico, entonces la infraestructura que existía previamente debería abastecer con facilidad los nuevos requerimientos, pero mi periplo para obtener GLP demuestran que la situación va en contra de esa lógica tan simplona, ni en tiempos de agitación social se hacia tanta fila. Pero no debo negar la conveniencia de esta situación, para los distribuidores, ya que los camiones ya no tienen que ir por las calles vendiendo casi al menudeo, sino que ahora la gente, muy solidaria ella, se reúne en un punto donde puede vender en casi veinte minutos sus 200 unidades. Según este promedio de velocidad mis dos horas en la fila explican por que recién el quinto camión satisfizo mi necesidad de combustible.

Para terminar solo puedo concluir dos premisas, la primera es que la administración encargada de repartir el combustible para las necesidades de cocción de alimentos es ineficiente o esta en un plan para ordenar las caóticas formas alteñas de vida, por que reunir a mil personas en una fila y vender en un solo punto mas de 1000 garrafas es mucho mas conveniente, aunque haya mujeres que tengan que cargar con esas garrafas a cuestas, pero a quien le importan esas mujeres y mas en un día internacional de la mujer.


Por: Nestor Araujo / eabolivia.com
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