27 sep.- Bachilleres de colegios, empleados públicos, fraternos y devotos de santos patronos incrementan en 80% el comercio de telas y la confección de trajes en las sastrerías de la calle Nataniel Aguirre de la zona Garita de Lima.

Entre marzo y abril comienza la demanda estudiantil. Entre mayo y septiembre el comercio repunta con las festividades patronales y desfiles patrios.

Sastrerías de la calle Nataniel Aguirre de la zona Garita de Lima.Hay promociones de cien alumnos que llevan unos 300 metros de tela, relató el vendedor de telas Julio Lanza.

Por día, una tienda puede vender hasta siete piezas, cada una de las cuales contienen de 55 a 60 metros (m), indicó la vendedora de telas Belinda Luna.

En picos de alta demanda se registran ventas de 20 cortes al día, pero cada cliente lleva medidas distintas de tela, indicó Edson Alcón, dueño de otra tienda.

Pero entre octubre y enero las ventas decaen. En temporada baja, el comercio cae en 20% o menos, sostuvo Lanza.

Entretanto, Alcón tiene tres a cuatro clientes diarios, mientras que Luna indicó que hay días en los que no se vende.

El sastre Mario Cordero relató que el calendario económico iniciado por los colegios sube con los festejos santorales.

Mayo inicia con la festividad de la virgen de Copacabana y la de pueblos como Colquepata. Le sigue Gran Poder, los desfiles patrios, la virgen del Carmen, la de Las Nieves (5 de agosto), Señor de la Exaltación (14 de septiembre), virgen de la Merced (24 de septiembre) y acaba con la del Rosario (4 de octubre).

Cordero trabaja con fraternidades como Fanáticos, Rosas de Viacha y Plana Mayor, entre otras. Sus trajes cuestan 350 bolivianos y su nivel de clientes disminuye a 20% sin las festividades.

El ayudante de sastrería Ángel Quispe relató que en época alta el número de operarios en los talleres pequeños suele duplicarse de 4 a 8 personas. Cada operario produce de terno a terno y medio al día.

Rosmery Mamani, quien vende trajes para dama a Bs 335 en promedio, contó que sus ventas repuntan para el 16 de julio y 6 de agosto, cuando le piden conjuntos en negro y azul.

Cortes y costos

Para elaborar un terno para varón se requieren 3 m de tela. Para un traje de dama de dos piezas (saco y pantalón) 2,20 m, si se desea incluir un chaleco 3,50 m, y para un conjunto de saco y falda 2 m, según Lanza.

Alcón relató que las telas más vendidas son los casimires españoles, chilenos y entre los uruguayos la Oveja Rey.

"La Valentón está 150 bolivianos el m; el español y la Oveja Tomé, 140 por m; el corte llega a salir 420 bolivianos", destacó Luna.

Oficinistas generan trabajo

"Trabajo de enero a enero", afirmó Felipe Quispe, un sastre cuyo mercado son los oficinistas, quienes permiten que su producción tenga un ritmo equilibrado.

Sus clientes fijos le mandan a confeccionar de cuatro a seis trajes anuales y son ellos quienes recomiendan sus servicios con las tarjetas personales que se les entrega.

Al taller familiar se acoplaron dos de sus hijas y sus esposos. La empresa genera empleo para diez a 12 operarios.

Su nivel de producción es de 30 a 40 trajes por semana, relata el sastre de 60 años, quien trabajó por 35 de ellos en la Naval confeccionando uniformes para los caballeros cadetes.

Él, a diferencia de varios de sus colegas, no trabaja con fraternidades porque ello representaría dejar de atender a su clientela regular.

Otro problema con los bailarines, dice, es la presión que ejercen en los últimos días, hecho que no permite trabajar los detalles del acabado. (KAREM GANDARILLAS/Cambio)