Por Marisol Alvarado*

A medida que se desciende de la ciudad de El Alto rumbo a la hoyada paceña, ya sea por la Autopista o por la avenida Naciones Unidas, conocida ésta como el Camino Viejo, salta a la vista un manto anaranjado que cubre prácticamente a toda la ciudad.

Son construcciones sencillas, máximo de dos pisos, pero también edificios de más de cinco plantas los que lucen fachadas de ladrillo, cuyo color anaranjado caracteriza a la ciudad del Illimani por años. La razón, según los propietarios, expertos y autoridades ediles, es la falta de recursos económicos.

Manto Anaranjado cubre la ciudad de La PazMarcos Choque (50), vecino de la zona Alto Tacagua, que colinda con El Alto, tiene su casa de dos pisos con fachada de ladrillo en la calle Santa Rosa, una edificación que ya habita desde hace dos años.

“Ésta es la realidad de las zonas alejadas, al menos nosotros aún no pensamos hacerle el acabado porque es caro”, dice mientras hace un alto en su ascenso por la vía que le lleva a su hogar y señala las viviendas cuyo denominador común es el ladrillo.

Marco explica que si bien los materiales de construcción tienen precios elevados, lo que es aún más caro es el traslado de ellos, pues por ejemplo: llevar del centro a su zona una volqueta de cuatro cubos de arena demanda 350 bolivianos, al margen de contar con suerte para encontrar a alguien que acepte ingresar con su vehículo al barrio.

Cristina López (40) cuenta que su esposo construyó su casa hace unos 20 años, en la que ella vive hace 12, es de tres pisos, se encuentra en la avenida 8 de Mayo, de la zona final Alto Tembladerani, pero aún permanece con el exterior de ladrillo y es que considera que es una gran erogación económica planificar su acabado.

Asimismo, destaca como un buen avance en la zona haber mutado del adobe, anteriormente base de las edificaciones, al ladrillo, pues es un material resistente al agua y, en su criterio, da estabilidad a las viviendas. No obstante, aún se advierte la presencia de casas que combinan el ladrillo con el adobe en sus cimientos.

La Paz, casas anarajadas.La Cámara Departamental de la Construcción (Cadeco) La Paz asegura que el costo para realizar las fachadas exteriores es variable en función al tipo de material que se vaya a usar, así existen fachadas de revoque exterior de cal-cemento, pintura exterior, ladrillo visto, cerámica, vidrio flotante, revestimiento de piedra, entre otros. Por ejemplo: con revoque cal-cemento el costo del m2 es Bs. 184,47 y con pintura látex exterior el costo por m2 es Bs. 51,32.

El director de Administración Territorial y Catastral de la Alcaldía de La Paz, Álvaro Viaña, coincide con Marco y Cristina y asegura que “todo pasa por el aspecto económico”.

La ciudad, como otras del mundo, reflexiona, se ha urbanizado a partir de las migraciones de ingentes grupos del campo a la ciudad, los que debido a sus condiciones económicas sólo pudieron ocupar el cinturón periférico de la urbe donde se alzan las laderas y donde las construcciones, incluso, han estado al margen de la normativa municipal.

En muchos casos, las edificaciones son resultado de la autoconstrucción, dice Viaña, en cuyo proceso estuvieron ausentes profesionales, nuevamente debido a los costos. Las familias vieron primero la necesidad de garantizar un espacio mínimo para habitar y con el tiempo ampliar sus dependencias y generar mayor comodidad para sus integrantes.

En criterio de la Cámara Departamental de la Construcción (Cadeco) La Paz, otro factor para que las infraestructuras se mantengan con ladrillo es la creencia de que en ese estado su tributo será menor, lo que no es cierto, al menos en la ciudad de La Paz, a diferencia de El Alto, donde sus autoridades sí consideran como atenuante de pago.

Sin embargo, Viaña admite que hay una norma municipal de 1993, que es el Reglamento de Edificaciones, que obliga a los vecinos a realizar construcciones completas, entre cuyos ítems se cuenta la fachada o paredes externas de las viviendas; no obstante, en la actualidad y es más, por años, “nunca se aplicó”.

El motivo de este incumplimiento de la norma tiene para Viaña su asidero en entender las condiciones socioeconómicas en las que vive la gente en las laderas. “Si apenas puede lograr una casa, no le vamos a exigir que la revoque, cuando hay otros asuntos prioritarios”, asegura.

Para el presidente del Colegio de Arquitectos de La Paz, Álvaro Careaga, estas casas de ladrillo le dan a la urbe un aspecto de “ciudad inconclusa”, aunque cada vivienda tiene un terminado funcional, no aporta a la presencia estética del conjunto, criterio que comparte la Cadeco al señalar que es un impacto visual el que causa y más para los turistas. Esta característica también incide en la tipología de los barrios de La Paz, manifiesta Careaga, en este caso hablamos de viviendas de interés social que se ubican en las laderas de la ciudad.

Pero en general, concluye, se mantienen en ladrillo, pues estos grupos de personas no tienen el menor interés de darle un valor agregado, “una plusvalía” a su edificación con el acabado completo, pues prefieren contar con el mejor acabado en el interior que en el exterior.

Ahora bien, donde sí pueden concluir los revocados prefieren colocar fachadas de cerámica porque le atribuyen una simbología de superioridad, de “mayor estatus”.

Don Claudio (65), vecino de la zona Agua de la Vida, en el Macrodistrito Periférica, dice que su casa permanece con el exterior de ladrillo durante 38 años y que planea “darle una revocadita” para mayo del siguiente año y es que se queja por los elevados costos del material de construcción, más si se trata de la obra fina.

Por esta zona como por Villa de la Cruz y Segundo Crucero abundan las edificaciones inconclusas, son grandes edificios con vidrios cromados e incluso terrazas con diseños seleccionados, pero sus fachadas son de ladrillo. Paralelamente a las ya existentes, se alzan otras construcciones que rápidamente avanzan sobre las altas pendientes, una de las características de la urbe paceña.

Con el fin de incentivar a los propietarios a concluir sus construcciones, dice Viaña, el Gobierno Municipal de La Paz incorpora en sus obras, por ejemplo en el programa Barrios de Verdad, colores bastante vistosos, así como también el pintado de murales en los muros de contención para que no queden como simples obras civiles sino que se expresen en esos espacios aspectos culturales.

La autoridad asegura desconocer si la Alcaldía planifica algún tipo de incentivo económico para los propietarios de bienes inmuebles, lo que para Careaga es “poco probable” de realizar, pues la gente demandará un apoyo monetario y no así otro tipo de colaboración.

No obstante, durante la celebración del Bicentenario de la revolución del 16 de julio, el año pasado, en La Paz algunas empresas de pintura promocionaron el acabado de las fachadas, al igual que se intentó en oportunidad de la llegada del papa Juan Pablo Segundo a la sede del Gobierno, en 1988.

Según datos de la Alcaldía, ofrecidos por Viaña, de los 225.000 predios que hay en la ciudad, unos 100.000 están en las laderas de alta pendiente, el resto se ubica en las de media y baja pendiente, más cercanas al centro de la ciudad.

Los macrodistritos Centro, Sur y parte de Cotahuma, añade, se puede decir, llegan a ejecutar construcciones completas, incluidas las fachadas; el resto, y precisamente por el factor económico, no presupuestan este gasto cuando planifican la edificación de su vivienda.

Sin embargo, la ciudad de La Paz con su manto anaranjado en las laderas no deja de ser atractiva, pues esas construcciones de arquitectura inigualable que cuelgan en los cerros en accidental ascenso entre las montañas que rodean el casco viejo y el centro de la urbe se entremezclan con jardines, cemento, rascacielos e impresionantes puentes que unen grandes barrios. (Revista 7 días/Cambio)

* Es periodista