Innovar y redoblar la presión sobre los gobiernos es la consigna de la sociedad civil de cara a la conferencia Río+20, que tiene la ambiciosa meta de cambiar la forma en que la humanidad se relaciona con el planeta.Río+20 es la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, que se llevará a cabo entre el 20 y el 22 de junio en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, el mismo escenario que en 1992 enmarcó la histórica Cumbre de la Tierra.

Allí se discutirá la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza y el marco institucional para lograr ese desarrollo.

“Hay mucha preocupación por lo que va a pasar, hay escepticismo”, dijo a Tierramérica el coordinador ejecutivo del no gubernamental Instituto Vitae Civilis, Marcelo Cardoso. “Para nosotros, será una oportunidad para que la sociedad civil internacional busque en conjunto agendas de convergencia” con las autoridades y el sector privado para alcanzar consenso.

En la Agenda 21, un plan de acción adoptado en la Cumbre de la Tierra, se previó la participación social, organizada en nueve grupos principales para influir en las negociaciones intergubernamentales: pueblos indígenas; agricultores; trabajadores y sindicatos; autoridades locales, empresas e industrias; comunidad científica y tecnológica; mujeres, niños y jóvenes y organizaciones no gubernamentales.

“Queremos aglutinar a las organizaciones que trabajan el tema de la economía verde e integrar programas”, dijo Cardoso. “Hoy se necesita actuar en conjunto con el sector privado y gubernamental”, remarcó.

Actualmente se redacta el documento final de Río+20, conocido como “zero draft” (borrador cero).

Además de ese documento, de Río+20 debería emerger un programa de metas de sostenibilidad que abarque desde la erradicación de la pobreza hasta la estabilización del clima planetario, aunque lo más probable es que no se adopten compromisos obligatorios.

Según su definición tradicional, el desarrollo sostenible satisface las necesidades humanas del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de hacer lo propio. Como principio orientador a largo plazo se compone de tres pilares: el avance económico, el social y la protección ambiental.

Pero las últimas décadas hubo pocos avances de ese modelo y hoy se enfrenta una crisis económica que afecta al Norte industrial y crisis más profundas y duraderas, como la climática, la pérdida de biodiversidad y de recursos naturales y la persistencia de la pobreza.

 
Esta nota fue publicada en la revista Miradas del domingo 29 de abril.

Fuente: http://paginasiete.bo/2012-04-28/Miradas/Destacados/16Mir001290412.aspx

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