El Alto, 1 mar.- Con la ch’alla de las casas, desde los cholets y hasta las más modestas viviendas, concluyeron las ch’allas que comenzaron el pasado viernes, tradición que caracteriza a las costumbres practicadas en las villas del municipio de El Alto y la ciudad de La Paz.

Desde la madrugada el reventado de cohetillos y petardos rompieron el silencio en El Alto y dio paso al ruido que producen los confites que se tiran a los techos de las viviendas junta a mixtura, pétalos de flores y pedazos de membrillo. Inicialmente el olor a pólvora de los cohetillos y posteriormente el olor del membrillo, los durazno y la qh'oa invadieron el aire de las villas de El Alto.

Martes de Challa en la ciudad de El Alto, personas adornas sus casas con globos y serpentinas.
Martes de Challa en la ciudad de El Alto, personas adornas sus casas con globos y serpentinas.

En medio de la Jach’a Anata (juego grande), que se celebra hoy con la ch’alla de las viviendas, a consecuencia de los festejos se advirtió la escasez de vehículos del auto transporte público y la acumulación de residuos sólidos.

A dos años de la propagación de la pandemia del coronavirus que palideció la alegría del Carnaval el año pasado, esta gestión permitió que los festejos del Carnaval se desborden con las ch’allas, el juego con agua y el descuido del cumplimiento de las medidas de bioseguridad.

Hasta el mediodía de hoy, seguía escuchándose en reventados de los cohetillos y el ruido de los confites. Se pudo advertir también que gran parte de las viviendas, tras ser ch’alladas, fueron adornados con globos y banderines.

El Carnaval en El Alto, se inició el pasado viernes con la ch’alla de las oficinas, los puestos de venta en las ferias y escuelas, luego de los mercados, las paradas del autotranporte público, las sedes sociales de las organizaciones y los talleres y fábricas.

//APA/PRENSA ALTEÑA