Seguridad

La Paz, 23 jun.- Desde la calle Colón esquina avenida Mariscal Santa Cruz, decenas de ciudadanos veían cómo una columna de humo gris se levantaba a la altura de la plaza del templo de La Merced. Muchos pensaban que era un incendio, pero pocos imaginaban que la humareda provenía de miles de documentos que eran quemados por un grupo numeroso de policías vestidos de civil y encapuchados.

Mientras uno se acercaba al lugar de los hechos, el humo del papel quemado hacía más difícil la respiración, y se escuchaban ya los gritos encolerizados de algunos encapuchados que instigaban a seguir con las acciones violentas.

Protesta policial“No somos chanchos, no somos animales… somos policías”, gritó uno de ellos a la multitud que miraba sorprendida cómo desde las ventanas del edificio del Tribunal Disciplinario de la Policía eran lanzados miles de expedientes de procesos contra los uniformados.

Una ciudadana de edad madura, al escuchar esa voz y mirar lo que ocurría, dijo algo conmovida: “No puedo creer que éstos sean los policías que se encargan de darnos seguridad”. Luego calló, caminó calle abajo y desapareció entre la multitud de personas.

Un día antes, unos petardos lanzados al aire a tempranas horas en la zona de San Pedro hizo pensar que se trataba de la celebración por la llegada del Año Nuevo Andino Amazónico, pero nadie se imaginaba que era el inicio de una protesta que 24 horas después derivaría en estos excesos.

Era impresionante ver cómo los encapuchados y muchas mujeres con el rostro descubierto procedían a saquear esas oficinas policiales, donde también funcionan la Interpol (Policía Internacional) y la Dirección General de Investigación Policial Interna (Digipi).

Hasta ahora no existe un balance de los daños, pero en un recorrido realizado por el interior del edificio horas después de que parte del edifico ardiera se supo que la mayor parte de la documentación fue destruida.

“Es grave, se ha perdido mucho, pero otros archivos se han salvado”, dijo un funcionario que en la mañana fue desalojado de esa oficina y que volvió a su puesto pasado el mediodía a salvar lo que quedaba, aunque no encontró nada de lo que estaba a su cargo.

Tras la quema de documentos, los amotinados se dirigieron rumbo a la plaza Murillo, para volver a las proximidades de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), donde esperaba el grueso de los efectivos policiales.

Los que perpetraron la acción, desde aproximadamente las 09.30, fueron recibidos con aplausos por sus camaradas, muchos de los cuales, entre ellos algunos “infiltrados”, incitaban a seguir con la toma de otras instituciones.

“Vamos al Tránsito, vamos al Segip”, eran las sugerencias, las cuales, sin embargo, no eran atendidas pues los dirigentes llamaban a la “calma” y la “cordura” a sus camaradas, pues a esa hora buscaban una puerta al diálogo con las autoridades.

Cerca a las 11.00 de la mañana, un grupo de bomberos acudió a apagar el incendio ocasionado en las oficinas del Tribunal Disciplinario Superior, donde esa acción fue frenada por otro grupo de policías que se encontraba en los techos, desde donde lanzaron granadas de gases lacrimógenos.

Pese a ello, los bomberos ingresaron a las oficinas quemadas, donde procedieron a apagar el fuego que ya salía por las puertas. “Tenemos que apagar el incendio para evitar que el fuego se propague a otras casas”, dijo un jefe policial que no quiso identificarse.

Luego, la protesta tuvo connotaciones particulares, pues de rato en rato los manifestantes daban una vuelta a la plaza Murillo para hacer escuchar sus demandas frente al Palacio de Gobierno.

Ministerio de Gobierno y Comando sufren daños

Pese al diálogo convocado por el ministro de Gobierno, Carlos Romero, sobre la propuesta de un salario mínimo de dos mil bolivianos, en horas de la tarde los protestantes volvieron a cometer hechos de violencia.

Alrededor de las 15.30, un grupo de policías y sus esposas bajaron desde la plaza Murillo y a la altura del Comando Departamental entonaron el Himno al Policía sin cometer destrozos.

Luego el grupo se dirigió a la plaza Avaroa para llegar al Comando General de la Policía, donde lanzaron piedras y otros objetos contra el edificio, rompiendo vidrios, aunque fueron gasificados por oficiales.

Minutos después llegaron a la altura del Ministerio de Gobierno, donde destrozaron la caseta de seguridad. También ingresaron a Radio Patrulla 110, que está al frente, pero sin más incidentes.(Cambio)