Fue un 3 de enero de 1903 que los esposos Moisés Navajas y Esther Morales abrieron las puertas de la resplandeciente Casa Dorada de Tarija. En aquella época encargaron su diseño y construcción a Miguel y Antonio Camponovo quienes se inspiraron en la arquitectura francesa de la Escuela de Bellas Artes de París e iniciaron las obras en 1878. Pasaron 15 años para que la infraestructura se estrene con todo su esplendor.

Fue declarado Monumento Nacional por la Asamblea Legislativa en 1992 y actualmente es uno de los destinos turísticos más importantes de Tarija. La edificación dorada se encuentra en la Calle General Trigo esquina Ingavi, en el centro histórico de los tarijeños.

Fachada de la Casa Dorada en Tarija.

Es en esta monumental obra donde actualmente funciona la Casa de la Cultura (1987).

LA CASA DORADA DE TARIJA: UNA VISITA AL PASADO

Los ambientes de la planta baja que los esposos destinaron para nueve tiendas comerciales que poseían, ahora alberga a un auditorio, biblioteca y hemeroteca, una galería de arte, ingreso al Teatro de la Cultura y a sus oficinas administrativas.

Cuando uno pasea por el centro de Tarija es inevitable no asombrarse por la imponente Infraestructura que perdura por casi un siglo, por ello es la cita obligada de los turistas que desean conocer una de las joyas arquitectónicas de Bolivia.

El estilo se enmarca en el Art Noveau, según datos de la Casa de la Cultura. En la parte exterior es notoria los altos muros de la planta baja, con base rústica renacentista, y las puertas sucesivas con un extraordinario trabajo de decorado con filigrana dorada escoltadas por pilastras (columnas) y arcadas de medio punto.

En la planta alta, se extienden balcones en hierro y pilastras de inspiración dórica soportados por peanas (pedestales). A esta se suma una serie de estatuillas triunfantes portadoras de antorchas, también conocidas como victorias.

Para conocer la parte interior, el ingreso es por la calle lngavi, al frente de la Vinoteca. En el patio que precede al recorrido ya se puede Visualizar murales y pinturas al óleo.

Unas escalinatas nos llevan al patio del segundo piso y salones donde impacta el salón principal denominado el Salón Dorado por el color de los empapelados que cubren los muros, que también contiene muebles de estilo Victoriano, grandes espejos de origen veneciano y marcos moldurados en pan de oro, alfombras persas, cortinas de damasco, arañas de cristal de roca, entre otros objetos que fueron restaurados  todavía conservan su esplendor.

En el comedor lucen los tapices persas, cortinas de gobelinos, centros de mesa y lámparas que combinan ópalo con cristal de roca y cristal tallado, esculturas en yeso cristal y parte de los muebles que pertenecieron a los propietarios.

Se dice que Moisés y Esperanza Navajas eran católicos, por ello hacían grandes donaciones a la Iglesia y destinaban gran parte de su riqueza a las obras de beneficencia. Esos méritos les dio la oportunidad de que Roma les concediera el permiso para un oratorio privado en la mansión para celebrar misas, matrimonios y ritos religiosos.

Esta sala tiene en exposición 28 escenas de la Vida, pasión y muerte de Jesucristo, pintadas en estilo ecléctico por los italianos Helvecio Camponovo y José Strocco, y dos grandes pinturas murales firmadas por el pintor colombiano Vegazo se alzan en los muros laterales de este ambiente.

En el altar de madera tallada con adornos en pan de oro, una cúpula alberga la imagen de la Virgen María. Se suman a los objetos cinco juegos de túnicas religiosas bordadas a mano con hilos de oro y plata por las monjas del Vaticano, así como algunos ornamentos de uso antiguo.

En otra de las salas se hace rememoración del vestuario de la época. La elegancia de entonces se refleja en dos grandes fotografías de Moisés y Esperanza Navajas, en algunas réplicas del vestuario original de la pareja y en varios sombreros que les pertenecieron y han sido restaurados.

Una casa con tantos años de Vivencias, también es atractiva por las leyendas que la gente comenta, como aquella que cuenta que en la terraza el propietario Moisés Navajas solía jugar taba con el diablo, que le dejaba ganar las partidas para incentivar su codicia.

Los esposos pertenecían a un cerrado círculo de amistades que si tenían acceso al interior de la Casa, mientras que para el resto de la gente las puertas de la mansión dorada se abrían solo una vez al año, cuando ofrecían fiestas a las comparsas carnavaleras de la ciudad, y ellos eran padrinos.

Pese a las situaciones de robo y saqueos que atravesó la residencia durante un largo tiempo que duraron los litigios en que se enfrascaron aquellos que se consideraban herederos de los bienes de la pareja, que no tuvo descendencia directa, actualmente es conservada para todo público.

Las túnicas religiosas bordadas con hilo de oro en la Casa Dorada de Tarija

RECOMENDACIONES PARA VISITAR TARIJA

El monumento arquitectónico está abierto de lunes a viernes, de 09:00 a 11:00 y por la tarde de 15:00 a 17:00. El recorrido se puede realizar en menos de dos horas.

Tarija es una Ciudad de Clima templado con un promedio de temperatura de 23 grados centígrados, por ello se recomienda llevar ropa ligera y zapatos cómodos. Asimismo, recomiendan el uso de lentes de sol, protector solar y repelente para evitar la picadura de mosquitos.

La tierra chapaca se ubica al sureste de Bolivia. Cuenta con un aeropuerto nacional, una Terminal de Buses y servicios de transporte interprovincial. Desde La Paz, Cochabamba y Santa Cruz se puede llegar por carretera asfaltada.