La madrugada del 24 de junio de 1967, el ejército ataca los campamentos masacrando a mineros en un episodio sangriento; sin previa advertencia, el gobierno militar de René Barrientos Ortuño ordenó que tropas del regimiento Ranger y Camacho abrieran fuego dejando un saldo de una veintena de muertos y setenta heridos. El motivo fue evitar el Ampliado Nacional de Mineros, en Siglo XX, donde iban a iniciar protestas contra la rebaja de un 50 por ciento de salarios; y el aporte económico y voluntario para la guerrilla del Che Guevara que debía derrocar al gobierno militar. La posibilidad que emerja un foco guerrillero en las minas fue el pretexto de Barrientos, quien sostuvo que el ejército tuvo que disparar en defensa propia para “combatir el proceso subversivo”.

Es uno de los hitos en las luchas obreras por la liberación del pueblo boliviano de manos del facismo, la recuperación de la democracia y la defensa de los recursos naturales.

Masacre de San Juan

El amanecer de esa jornada en los centros mineros de Catavi, Llallagua y Siglo XX (Potosí), bautizado como la Masacre de San Juan marca uno de los episodios sangrientos en la historia de Bolivia.

“Con el pretexto de que los mineros pedían aumento salarial y la reincorporación de compañeros despedidos en 1964, el ejército (tropas de los regimientos Ranger y Camacho) atacó los campamentos mineros, donde la gente se aprestaba a retirarse después de celebrar la fiesta de San Juan”, recordó el exdirigente minero Juan Hoyos.

En realidad, la causa – según testimonia Hoyos - fue el apoyo que se daba en las asambleas de los sindicatos mineros a lucha revolucionaria armada que libraba el guerrillero argentino –cubano Ernesto Che Guevara en Ñancahuasú, Vallegrande, (Santa Cruz).

El exdirigente de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y de la Central Obrera Boliviana (COB), dijo que esa arremetida “facista militar instruida por el imperialismo” causó la muerte de una veintena de personas y setenta heridos. “Nos mataron a bala”, dijo.

En ese contexto, reflexionó que “esa historia del movimiento obrero, es la historia de Bolivia. Antes de la revolución de 1952, con la fundación de la FSTMB, la conquista de la jornada laboral de ocho horas y la resistencia a los llamados barones del estaño, fortalecieron las minas y desde allí se forjó la ideología revolucionaria y liberadora de la clase trabajadora”.

El sindicalista, que también fue presidente del directorio de la Caja Nacional de Salud, instó a las nuevas generaciones a tomar en cuenta esa parte de la historia a través de la lectura como pide el vicepresidente Álvaro García Linera.

Esos movimientos revolucionarios, a la cabeza de la los mineros, la vanguardia de la clase obrera, “agotaron” el poder de las Fuerzas Armadas que se instauraron en los gobiernos de facto.

A raíz de ese agotamiento “nosotros conquistamos la democracia y combatimos al neoliberalismo, lo que dio paso al proceso de cambio, del que gozamos ahora bajo el liderazgo del hermano presidente Evo Morales”, reflexionó.

El también exdirigente minero y de la COB, Miltón Gómez, recordó que el centro minero Catavi se caracterizó por dar la línea política a la clase obrera y por eso fue blanco del ataque en 1967.
“Esas luchas libradas contra el fascismo y las democracia controlada dirigida por la oligarquía, derivaron en estados de sitio y confinamientos, pero llegó el 2005, y el proceso de cambio”, afirmó.

Un grupo de mineros, que fueron atacados cuando celebraban la fiesta de San Juan.